lunes, noviembre 10, 2008

Caminitos

“Yo escribí una cosa que se llama poema,
para Élida, porque me enamoré de ella,
y lo escondí arriba del ropero;
después me fui en bicicleta y lo tiré
por el ferrocarril, para que nadie se entere
que me gusta
la poesía
y Élida”
Daniel Durand



Hola cómo andás?...bien, bien, todo bien, con ganas de verte…se te extraña…¿Te venís para casa?... Qué bueno! Te digo entonces cómo llegar. Tomate el tren que va para Once, subite del lado más alejado de donde entrás al andén, así estás más cerca de la salida. Sino, te vas a tener que atravesar toda la estación, ni da. Cuando te bajes, si no sacaste boleto, no hay drama, mandate hasta el fondo del andén así no te agarra ningún guarda y ahí saltás para el lado contrario de donde bajaste, cruzás las vías y ya está, estás en Haedo. Si sacaste boleto, mejor, vas derecho a la salida y muy cancherita le mostrás el boleto al guarda. ¿Viste qué bueno tener boleto y que te lo pida el guarda? A veces cuando no me lo piden se los muestro igual, para algo lo saqué, ¿no?. Entonces con lo que te expliqué ya estás en Haedo, es re fácil! Si tenés ganas, paseá por la estación, que es la más lida del mundo, o del oeste. El año pasado, el día que nevó, me fui hasta allá para verla cubierta de blanco. Y con mi gorrito de lana con un pompón y sacando vapor por la boca por el frío que hacía, me la recorrí toda y me la guardé en las retinas para toda la vida. Bueno, una vez que saliste de la estación, te conviene agarrar por Fassola, que es la avenida que nace ahí. Ojo, no te vayas para Rivadavia que te vas para el otro lado, para el lado de Morón. Si agarrás por Fassola, llegar a casa es más fácil y más directo, pero vas a ver sólo negocios, medio un embole. Cuando conozcas más, te voy a contar cómo llegar de otra manera mucho mejor, que es yendo por América. Es más lindo, porque ahí se ven casas más pintorescas y vas a ver realmente lo lindo que es Haedo. Un día te voy a explicar una forma de llegar a casa que es sólo para entendidos en Haedo, y vas a conocer las heladerías, “Las Flores” y también “Antártida”. Mejor, una vez vamos a ir juntos y nos vamos a tomar un helado con gustos frutales y nos vamos a sentar en la entradita de “Las Flores”, en la escalerita. Bueno, siguiendo por Fassola te vas a encontrar con un negocio que vende jueguitos electrónicos que se llama “Esteban”, como yo. No te imaginás lo grosso que era para mi cuando era chico que un negocio de jueguitos tuviera mi nombre…Sobre esa misma cuadra hay una galería que atraviesa la manzana y una casa que tiene flequillo, fijate, tiene una planta en el techo que cae y le tapa la frente, muy gracioso, parece rolinga. Ahora que pienso mejor, sí es lindo ir por Fassola. En la cuadra siguiente está el negocio jipi, que tiene cosas muy lindas. Ahí me compré un gorrito coya importado de Bolivia. En el invierno lo usé mucho, pero ahora que se viene el verano lo voy a tener que guardar. Y también seguro que te cruzás con un montón de gente, que a eso de las siete, cuando empieza a bajar el sol, sale a dar un paseo por la estación. Seguí caminando derecho por la avenida y, llegando a Directorio, te vas a encontrar con el Niño Paja, un muñeco muy simpático que vive en una casa antes de la esquina. Lo tenés que ver, es adorable. Si no te lo cruzás, porque seguís de largo, después pasamos y te lo muestro. Por esa avenida tenés que caminar como nueve cuadras en total, hasta que te cruces con una estación de servicio. Si te acordás y tenés ganas, al lado de la estación hay un kiosco, comprate una Coca, sino la compramos después, antes de comer. Y ahí, la de la estación de servicio, es Igualdad, que es la calle donde vivo yo. Agarrá esa calle. En la primera esquina vas a ver una iglesia muy grande y en la calle va a estar el cura, hablando con alguna persona. El tipo tiene cara de manosear a lo chicos, pero por las dudas yo no digo nada, hasta que no tenga nada confirmado. Y ahí seguí derecho, y en la cuadra siguiente, que es donde vivo yo, te vas a cruzar con un viejo fumando en el zaguancito de su negocio, ese es Foucault y vive de venderle plantas a mi hermano. El tipo es muy molesto y pegajoso, vas a ver que la próxima que vengas ya te saca charla. Y eso es todo, caminás hasta que termine la cuadra, una casa antes de llegar a la esquina…abrí la rejita que seguro que no tiene la traba puesta y yo me voy a dar cuenta de que llegaste. Yo voy a estar leyendo el libro de Rimbaud que te conté, y también voy a estar escuchando un disco de Café Tacuba, que sé que a vos te gusta mucho. Por las dudas tocá el timbre, por si justo estoy haciendo otra cosa y no escucho la rejita.