jueves, agosto 07, 2008

Cuando crezca, el truco será seguir respirando *

Salí de la cocina a toda velocidad con movimientos espásticos, en realidad con la carencia de coordinación de un nene. Atravesé el pasillo que daba al patio con zancadas desiguales y al llegar a su fin me detuve frente al quinoto. Agarré aún más fuerte la escoba con la mano derecha y me dispuse a entonar el estribillo de “Los cancheritos de la banda”, nombre del grupo del cual yo era fundador y único integrante.
La vestimenta que lucía era la de un típico rockero de siete años: zapatillitas Adidas o Topper truchas, medias probablemente blancas justo por debajo de los tobillos y un pantaloncito rojo descolorido. Toda la escena estaba decolorada por los años 80, porque no sólo las fotos guardadas de esa época tienen ese color apagado, sino que las cosas se veían realmente con esos matices. Completando la indumentaria, y para convertirme en un rockero hecho y derecho, una vincha en la cabeza, una paleta de playa por guitarra y una escoba como micrófono.
El sol bajaba lentamente y yo seguía con mi performance. Rasgueos acelerados seguidos por punteos de prestidigitador, cuatro saltos a la derecha, vaivén de la cabeza como diciendo que sí pero un sí con confianza y meneos repetidos de la pelvis. Finalmete todo esto me condujo a encontrarme en el centro del jardín.
¿Sabría que esa misma noche mi papá me iba a pegar? ¿Que nunca me iba a animar a hablarle a la chica que me gustaba? ¿Intuía de alguna manera misteriosa que algún día me iba a sentir tan solo que me iba a largar a llorar? No, seguramente no, y por eso es que creo que si en ese momento quería y me lo proponía, podía ponerme a volar.
Tras de mi, el preludio del momento más vibrante. Y ahora sí, de rodillas en el piso, me dispuse a tocar el solo final. Tomé coraje y me adentré en esa supresión del espacio-tiempo en el que uno se interna cuando está concentrado en algo que le gusta hacer (también pasa a veces cuando uno se da un buen golpe o consume ciertos estupefacientes).
Con los labios apretados y los ojos nublados por la intensidad del sol, un reflejo se interpuso en la escena. Eran dos ojos…los de mi vecino…los de mi vecino Don Mario. Y una frase lapidaria: -Pibe ¿Qué hacés? – Cabizbajo, con los hombros caídos y la paleta rozando el pasto, comprendí todo. Así se terminaron mis sueños de ser un rockstar.

* When I Grow Up fue el cuarto single del disco
de Garbage Versión 2.0, que fue lanzado simultáneamente con el single de The Trick Is to Keep Breathing para publicitar la gira europea de la banda.